Quiero avisarte por si decides leer estas líneas.

No es un drama, aunque al principio te lo parezca. Solo tienes que mirar la mano rosa que sale del Búnker 😉.

Pretendo llevarte brevemente por el lugar que he transitado para publicar este blog. Me gusta la idea de que puedas entenderme.

 

Y dicho esto, allá voy:

Siempre hay un día.

Un día en el que todo tu cuerpo se da cuenta de algo. En mi caso fue la existencia de un búnker hermético, de un grosor considerable construido con cemento y alquitrán.

¿cuánto hace de eso? Unos 10 años.

 

Quiero confesarte que lo único que hice fue tomar conciencia de que he estado en él toda mi vida.

Pero hace menos de un año, empezó a resquebrajarse y las grietas cada vez fueron más grandes hasta que pasó lo inevitable.

Se rompió.

Un cerramiento estanco, pesado y asfixiante. Una mezcla de dolor agudo con llanto seco desgarrador. Encerrado en lo más profundo de mí, para arrastrarme sin piedad a lo más oscuro del mundo.

¿Del mundo? Sí, se podría decir que sí.

Creía y quería, que, si por un momento me atrevía a nombrarlo, desaparecería por arte de magia.
Qué ilusa.

Nunca fue así. Lo que si pasó es que empecé a tomar conciencia de ese lugar en el que he pasado gran parte de mi vida.

 

cuenta historias.

Ahora las historias ya han atravesado la barrera y se plasman en una pantalla.

Así consigo liberarme, vaciar la mente y poner orden en ella.

Orden es poder. Las ideas son claras, puedo poner foco y pasar a la acción con precisión.

Publicar aquí hace que deje de estar ausente en el mundo.

Provoca que sienta la vida y la abundancia a mi alcance.

Es una elección ¿sabes?

Desde que se rompió el búnker puedo sentir el placer infinito de los baños en el mar. Contemplar el trabajo de unas hormigas con la cabeza gigante morder un trocito de nuez y llevársela a casa.

Puedo ver la magia de los estorninos formando nubes negras camaleónicas en el cielo para emigrar a África.

En resumen, placer para leer las sincronicidades de la vida.

Puedo dejar la locura impuesta a un lado y conectar con mi yo más profundo sin miedo.

Puedo contar historias hasta que publique mi novela.

¿Y qué logro con todo esto?

Mirarme, escucharme y espero que divertirme mucho.

Ya no voy a estar nunca más secuestrada.

Sencillamente porque está roto.

Entro y salgo a voluntad de las profundidades.

Si quieres acompañarme, recuerda, puedes entrar y salir a tu antojo de este blog, como hago yo desde que se rompió.

 

Si algunas de mis historias te han entretenido me alegro.

Si han hecho que te cuestiones algo sobre la relación con el hombre, me alegro todavía más.

¿sobre las pócimas? Bueno, vamos a dejarlo…entiendo que no puedas resistirte al placer de algo que te encante saborear. Aunque te advierto que van a ver algunas pócimas que no van a dejarte indiferente. Eso sí, prueba contigo primero, no intentes cambiar a alguien, no va a funcionar, te lo digo por experiencia (lee el salmón que hechizó a “el Rojo” ).

Y si no te ha servido para nada y no quieres seguir leyéndome no lo hagas.

 

Abrazo con ternura,

joana p.

PD: puedes decirme, he creado un apartado. Es privado. Si me das el consentimiento lo publico y sino, pues quedará entre tú y yo.