Me llamo Ernesto Cifuentes, multimillonario y padre de 5 adorables hijos, por Jacobo siempre sentí una predilección inexplicable.
A lo que iba y sin dar demasiados rodeos:
Jacobo va a recibir, en estos momentos, la totalidad de mi fortuna.
Es el único que puede hacer lo que nadie sabrá y es distribuir equitativamente, siguiendo los dictados de su corazón, lo que es bueno para todos los implicados en esta historia.
Jacobo tendrá una última oportunidad de verme y será dentro de 10 min á través de una experiencia catártica para él, provocada única y exclusivamente por las manos de Luis, su hermano iracundo e incapaz de controlarse.
De los cinco el más observador y a la vez discreto siempre fue Jacobo.
Así que le ha tocado a él recibir el rechazo de todos sus hermanos, y, a la vez poder distribuir a su criterio toda mi fortuna.
Jacobo sabe de las peleas eternas entre Estefanía y Laura por la finca de los Arroyos y de la imposibilidad de partirla en dos para calmar las aguas.
Él sabe de la cajita de hueso brillante que yo atesoraba en el banco.
Es el único que se atrevió a desafiar la única orden contundente que impuse en mi casa: cuando Federico venga a visitarme, nadie, repito, nadie irrumpirá en mi despacho. Aunque el mundo se esté derrumbando.
Jacobo lo hizo, vaya si lo hizo.
Así fue como nos vio a Federico y a mí admirando el tesoro de incalculable valor que alberga la cajita de hueso brillante.
Sé que cumplirá con mis deseos, pero también tengo claro que en su sentido de la justicia hará cosas que no espero.
Da igual, es la decisión de Jacobo, él sigue en este mundo, yo ya me he marchado.
Joana P.
PD: seguirá la historia…
2 respuestas
Me dejas intrigado …
Seguiré escribiendo esta historia…
¿qué crees que tenía esa cajita de hueso?
Abrazo,
Joana P.