Alicia,
hija de tu “madre”

Alicia,
hija de tu “madre”

Querida Alicia,
Te diría que eres una hija de tu “madre”, con una mirada cortante y asesina que rebanaría tu cabeza.

 

He descubierto lo que has estado tejiendo a mis espaldas.

 

¿Acaso pensabas que te ibas a salir con la tuya?

 

Pues No. Has llegado tarde querida.

 

Después de 4 años en la sombra, donde mi guerrera estaba casi muerta de inanición, he resurgido de las cenizas.

 

Claro, tú aún no lo sabes, pues la última conversación que tuvimos, me viste derrotada, sometida y desesperada, porque no sabía cómo salir de la cárcel en la que estaba.

Desde tu maldad tejiste, aprovechándote de mi dolor y mi debilidad.

 

Me enteré de todo y ¿sabes cómo? Por la que es ahora mi expareja, sí, por él.

 

¿Pensabas que te lo ibas a quedar tú?

 

Esas llamadas:
-llévame a la ciudad que no tengo coche por favor…
¿puedes arreglarme la caldera? Pero avísame para ponerme algo, pues estoy en la cama…

 

Esos consejos de terapeuta de pacotilla:
-no debes verla nunca más. Ella, ya tiene a otro en Barcelona.
ni te imaginas en el lío en el que estás. ¿Sabes que te va denunciar?. Como no te espabiles te vas a cagar.

Y lo mismo hiciste con amistades que te presenté… dejarme como una mierda para acaparar toda tu atención y manipularlas a tu conveniencia.

 

¡Qué tonta fui! Vi señales que chirriaban por todos lados pero no quise escucharlas:

 

Te compraste el mismo sujetador de deporte que yo, el mismito. Cuando ni siquiera paseas. Y ni siquiera necesitas que te sujete.
Pantalones cortos de running que pocas mujeres usan porque prefieren mallas.
Empezaste a usarlos en pleno invierno, como yo. Aunque tú en la vida has usado estas prendas.
Te cortaste el pelo como yo.
Venías a comer a mi casa a menudo y aprovechabas cualquier ocasión para hablar con él.
etc…

Alicia, he ganado este pulso.

Vuelvo a sentir el sabor dulce y agradable de la victoria, hace tiempo que no lo sentía. Tras años de derrotas creía que mi guerrera no volvería a sacar su espada.

 

Y ¿sabes una cosa?

El sabor es dulce, pero se ha multiplicado por mil, porque ahora mi espada es de luz, siento mi Tierra y mi corazón.
Te he perdonado desde la distancia, me he perdonado por estar desesperada queriéndote a toda costa como amiga.
Me agarré a un clavo ardiendo y me quemé.

¡Vaya si me quemé!

Quemaste mi mano izquierda, mi femenino, la mujer sensible y receptiva que hay en mí.

La derecha que empuña mi espada de luz acaricia la cicatriz y le recuerda a la otra, que el pulso lo he ganado yo y que mi femenino está protegido.

Mi soledad ahora es elegida.

Y ni tú ni nadie va a robar mi esencia, mi pasión salvaje y mi bondad a la hora de acercarme a las personas.
Adiós.

joana p.

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2 respuestas

  1. Me encanta la valentia humana de desnudarse sin estar condicionad@ a las miradas y posibles juicios de otras personas. Siento que la auténtica consciencia es ir reevolucionando tanto a través de la luz como de la oscuridad. Aceptar ésta última parte y mirarla de frente nos hace avanzar e ir mucho más allá… Gracias por compartir. 💞

    1. Con gusto. Me llevo eso de reevolucionando tanto a través de la luz como de la oscuridad. Ya se me ha ocurrido una historia para eso, con tu permiso la escribiré. Gracias de corazón.

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